Ahora que estamos todos en casa, padres e hijos, es el momento más importante para que seamos modelos de conducta.
La psicología tiene, entre sus técnicas de modificación de conducta, lo que se llama modelado, que no es, ni más ni menos, que la imitación de comportamientos para cambiar, reducir o instaurar una conducta, es decir, para influir en el comportamiento de alguien. Pero ojo, los niños y adolescentes son una esponja y aprenden tanto lo bueno como lo malo, con lo que nuestros hijos pueden cambiar un comportamiento viendo cómo lo hacemos nosotros.
Si nos pasamos el día enganchados a la tele en lugar de coger un libro o hacer deporte, si estamos discutiendo por tonterías y/o si nos saltamos a la torera la necesidad social y de salud de quedarnos en casa, sólo enseñaremos conductas poco recomendables a nuestros niños y adolescentes: egoísmo, ser incívico, facilidad para saltarse normas, etc…
Sin embargo, si nos ven en casa gestionando de manera positiva nuestro confinamiento, es decir, sin enfados, ni gritos, saliendo lo mínimo posible a la calle (cosa que ellos no pueden hacer), leyendo e incluso riendo, seréis un buen ejemplo de comportamiento para ellos y enseñareis conductas de ocio saludable y valores como la empatía y la solidaridad con los demás y el respeto a las normas sociales.
Lo que los niños y jóvenes ven, lo aprenden. Piensa como padre o madre, ¿cómo te gustaría que fueran?
Ahhh… la televisión también puede ser modelo de conducta, elige bien lo que ves.
Que hablen bien de nuestros hijos nos llena de orgullo, nos hace sentir que “lo estamos haciendo bien” y buscamos que, en un futuro, ellos sepan también hacerlo, es decir, esperamos que a la larga sean como nosotros: de tal palo… tal astilla.