La tecnología ha supuesto un salto cualitativo importantísimo en la vida humana, y sobre todo entre los jóvenes. Es indiscutible el avance a la información (a veces desbordante). Sobre todo es una gran facilitadora de la comunicación.
La tecnología nos permite estar menos desinformados, poseer más conocimientos sobre las materias que nos interesan y estar más y mejor comunicados. Los más jóvenes que habéis nacido ya en esta sociedad no os dais cuenta del increíble avance que esto ha supuesto para todos.
La globalización tecnológica y científica es también una globalización económica y cultural.
La difusión mundial del coronavirus está demostrando, entre otras cosas, que aunque nos encanta la tecnología, el ser humano mantiene vivas las relaciones sociales presenciales y que no estamos tan aislados como se supone.
Para los jóvenes este aislamiento personal es más fácil de conllevar: estáis acostumbrados a un ocio tecnológico, a manejar redes sociales para estar en contacto con amigos, a usar plataformas de formación on-line…
Nos gustaría que os plantéis cómo viven esta situación las personas que no saben o no pueden hacer todas estas cosas, y por eso os pedimos un esfuerzo para que diariamente habléis con abuelos, tíos, amigos, vecinos… que puedan estar o sentirse solos estos días de encierro.
Los jóvenes también pueden y saben demostrar su solidaridad social.